Sinopsis
El bosque se vuelve el escenario de encuentro entre cazador y presa, mientras Eva, pasea por él.
Un paseo, un encuentro con la naturaleza salvaje, un sueño de libertad
Memorias de la directora
La libertad del ser humano es quizás uno de los sentimientos más esenciales y profundos que poseemos. Como sociedad concluimos que es un derecho. Quizás el mayor antagonista conocido es el miedo, con su capacidad de paralizar, de atacar, de secuestrar, de reducir hasta cercenarla por completo.
El sueño de Eva surge de una experiencia personal. Un sueño que comenzó como una aventura se convirtió en una pesadilla de la que desperté asustada. Repasando las imágenes me pregunté ¿De dónde vino ese miedo? si tan solo estaba paseando.
Rápido entendí que el problema no estaba en andar, si no en hacerlo sola. En nuestro inconsciente colectivo femenino caminar sola es una señal de peligro, inoculada con un historial de mujeres atacadas, reducidas, eliminadas, como presas de caza. En la mente de los depredadores andar sola es un acto de atrevimiento que los autoriza a atacar.
Con el sueño de Eva, hago una exploración muy personal, sobre el recorrido que hay entre el deseo de ser libre y el camino hasta sentirlo, así como las acciones internas puestas en marcha para conseguirlo.
Más que una historia es un recorrido sensorial con la intención de que puedas sentir, la libertad y el miedo de Eva. Quizás si te choca la extrañeza de eso que vez, entonces eres Eva por un instante y te implicas con ella. Para el espectador deja de ser una historia que le pasa a otro y te planteas al menos que pasar de la tranquilidad al terror es cuanto menos extraño, no es natural.
Esta búsqueda de la sensorialidad se sostiene sobre la construcción de personajes fuera de campo, una estética visual y un paisaje sonoro que se convierte en un personaje en sí mismo.
Cuando lo sueños se convierten en pesadillas despertar es una obligación y finalmente un sueño.





